La ciudad de Sishisoara, en Rumanía, es conocida sobre todo por ser la ciudad natal de Vlad Tèpes, El Empalador, y figura clave para el origen de la leyenda da Drácula.
El casco antiguo es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999. Sus calles estrechas y empedradas, sus laberínticas callejuelas, adaptadas a la irregularidad del terreno, la convierten en una ciudad donde volvemos al pasado, quizá, hacia aquel donde Vlad jugaba por aquella calles, antes de convertirse en un liberador para unos, o un demonio hambriento de sangre, por otros.
Fundada por el rey Geza II en 1260 y un grupo de sajones, se convirtió en una ciudad fortificada, construyéndose varias torres como autodefensa. En 1603, el general imperial austriaco Basta, capturó la ciudad en 1603 y fueron destruidas muchas de sus torres, por lo que perdió su importancia estratégica.
Sólo quedan 9 de las 14 que había en un principio. Cada una lleva el nombre de la corporación que aseguraba su defensa: La Torre de los Carniceros, La Torre de los Cordeleros, la Torre de los Peleteros, la Torre de los Zapateros, la Torre de los Canteros y la Torre de Étameurs.
De las pocas que se mantuvieron en pie destaca La Torre del Reloj, conocida también como la Torre del Consejo, que cumplió con este propósito desde el siglo XIV hasta el XVI.
En 1648, un artesano local, convirtió la torre en campanario, poniendo dos esferas y una abertura, de la que salían dos grupos de figurillas de madera que portaban símbolos esotéricos. Representaban los días de la semana y salía una diferente cada media noche, al sexto toque de campana, representando de algún modo, la hora de las brujas y los vampiros.
Hoy en día es un museo de armas medievales y posee un paseo de madera cubierta en la parte alta, desde la que se puede apreciar todo el paisaje que rodea a la ciudad.
Cerca se encuentra la que se supone que fue la casa que vio nacer a Vlad Tèpes desde 1431 a 1435 aproximadamente. Hoy en un restaurante donde se explota, como en toda la ciudad, la figura del famoso vampiro.
Otro edificio emblemático y clave para el mundo misterioso de esta ciudad, es el castillo de Bran. Se sitúa en el Paso Bran, que era una ruta comercial importante. Por lo que se ve, tenía escaleras secretas, torres y ventanas cerradas y que se abrían a través de bloques de madera giratoria, de veinte centímetros de espesor. Sin embargo, no está ni siquiera demostrado de Vlad habitara en ella.
Hay rutas donde se siguen el viaje que Jonathan Harker emprendió, para encontrar con el conde. En Bistritz se puede degustar la comida que degustó en el libro: bistec con tocino, cebolla y carne de res, sazonada con pimiento rojo y asado al fuego. De ahí al Paso Borgo, descubriendo sus deslumbrantes paisajes verdes y extensos. Pasando por el hotel Drácula, construido donde se supone que estaba el castillo de Drácula según el libro de Bram Stoker.
Toda una aventura para los amantes no sólo de las grandes aventuras, de las ciudades enigmáticas, sino de los que desean saber algo más, sobre el padre de los vampiros: Drácula.
Si quieres saber algo más sobre la historia de Vlad Tèpes, pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario